Y el Allianz se tiñó de rojo...

La verdad es que se me hace cuesta arriba escribir este post. Todos conocéis ya el resultado. El Madrid perdió en Munich por 2-1 y está eliminado de la "Champions" ¿Pero, porqué quedarse con lo malo? ¿Acaso no disfrutamos como niños? ¿Acaso no fue un espectáculo inolvidable? ¿Acaso no hemos ganado una aficionada más al fútbol y al Real Madrid?

Salimos a las 18:00 de Karlplatz, allí nos recogía el autobús de la peña madridista de Stuttgart y partimos hacia el Allianz Esther, Álvaro y yo. Españoles y alemanes cantábamos himnos madridistas, era uno de esos viajes que crean afición. Ya estabamos cerca, un gran oválo de color rojo se iluminaba ante nosotros. Impresionaba y mucho. Era como un aviso de lo que se avecinaba, el estadio del Bayern iba a ser una caldera, una olla a presión, un infierno.

Por fin llegamos y bajamos del autobús, nos hicimos las típicas fotos y nos tomamos nuestras "cervecicas" por las que nos ofrecían casi más que por una entrada en la reventa. Y es que en las inmediaciones del estadio no había ningún sitio donde poder encontrar una rica cerveza bávara. Si a esto le sumamos las pipas del amigo Álvaro, la puja de los españoles alcanzaba cotas inimaginables.

Entramos y accedimos a nuestras butacas. Al rato llegó Blanca, la "hermanica" de Esther, ya estabamos todos. El ambiente inmejorable, poco antes del partido se formó un enorme mosaico de banderas con los colores del Bayern y empezaron a sonar himnos y canciones bávaras, así como una canción dedicada a Kahn, cuando este hizo acto de presencia en el rectángulo de juego. Y suena el himno de la "champions" ¡qué momento, los pelos como escarpias!

Se pita el comienzo del partido y... Gol a los 10 segundos. El Allianz ruge. Suena una graciosa canción bávara. La megafonía arenga a la grada con la que intercambia mensajes (Bayern... eiiiiiiiiiins! Madrid... Nuuuuuuuuuull! Dankeeeeeeeee! Bitteeeeeeeeeeee!). Y yo que no me lo creo. Estaba esperando que los 22 jugadores se giraran y dijeran ¡Que noooooo, que es coña, que no "se valía"! Pero todo quedó ahí, en la imaginación. Y es que el Madrid siempre ha hecho historia, pero esto de encajar el gol más tempranero en la "Champions" no me parece digno de enorgullecimiento.

El resto ya lo sabéis, lucha, entrega, el número 7 dándolo todo, un penalty, 2 expulsiones, una nariz medio rota y... ¡Un gol anulado en el minuto 88! (¡Luis, por favor, encargate ya de esto!). Y yo salté, todos saltamos, los 4000 lo cantamos. Pero "Robos Michel" lo anuló y nuestras ilusiones se esfumaron.

¿Pero sabéis lo que más me impresionó? La celebración , o mejor dicho, la no celebración de los bávaros por el triunfo conseguido. Todos saliendo en fila hacia el ubahn, sin empujones, en silencio, respetando la cola y las formas. Ni un grito de alegria. Ni una muestra de felicidad ¡Pero si parecía que habían perdido! ¡Imaginaos cómo hubiera sido en España, igualito vamos! y es que hay cosas que no dejan de sorprenderme de Alemania.

Así que me quedo con que he presenciado un clásico de la Copa de Europa, en un marco impresionante y con un ambiente increible. El resultado deportivo lo peor, la experiencia vivida de las mejorcitas.